Continuamos indagando sobre su rol en la vida cotidiana y su impacto en las empresas.
En el artículo anterior les estuve contando sobre la función y la importancia de la Inteligencia Emocional. Para comprender un poco más, es necesario conocer que son las emociones.
Las emociones, son una parte esencial de nuestra existencia. Cada emoción tiene su propio impacto en nuestra vida diaria y en nuestra interacción con el mundo que nos rodea. La experiencia juega un papel fundamental en la vivencia de cada emoción. Las emociones son estados afectivos que experimentamos, reacciones subjetivas al ambiente que vienen acompañadas de cambios orgánicos – fisiológicos y endocrinos- de origen innato.
Se entiende por emoción el conjunto de reacciones orgánicas que experimenta un individuo ante ciertos estímulos externos o internos. Dichas respuestas le permiten adaptarse a una situación con respecto a una persona, objeto, lugar, entre otros. Se caracteriza por ser una alteración del ánimo de corta duración, pero de mayor intensidad que un sentimiento.
Es un impulso o movimiento que nos lleva a la acción La raíz de la palabra emoción es movere, el verbo en latín “mover”, además del prefijo “e”, que implica “alejarse”, lo que sugiere que en toda emoción hay implícita una tendencia a actuar.
Por su parte, los sentimientos son las consecuencias de las emociones, por ello son más duraderos y se pueden verbalizar.
Durante mucho tiempo las emociones han estado consideradas poco importantes y siempre se le ha dado más relevancia a la parte más racional del ser humano.
Las emociones juegan un papel fundamental en la regulación de nuestras interacciones con el entorno. Las emociones no son positivas o negativas, les ponemos una categoría de acuerdo a lo que nos hacen sentir, y según el impacto que tiene la emoción en nosotros decimos que son positivas o negativas.
Se conoce como emociones básicas o primarias a aquellas respuestas emocionales universales que son iguales en todas las culturas y a la vez son esenciales para la supervivencia del ser humano. Estas emociones aparecen automáticamente y son innatas; se manifiestan desde el nacimiento y son comunes a todos los seres humanos independientemente de su contexto sociocultural.
Daniel Goleman, un referente de la Inteligencia Emocional describe seis emociones básicas:
- Miedo: prepara al organismo para reaccionar ante peligros.
- Tristeza: facilita un proceso de reflexión posterior a una pérdida significativa.
- Ira: se compone de varios sentimientos negativos, es una respuesta cerebral que busca enfrentarse a una amenaza.
- Alegría: se compone de sentimientos positivos. Un estado general de bienestar que puede incrementar la cooperación entre individuos y fortalecer relaciones.
- Sorpresa: su función es aumentar la atención y la alerta ante situaciones inesperadas, permitiendo una rápida reacción.
- Asco: sirve para evitar elementos nocivos o contaminantes, desde alimentos en mal estado hasta ideas moralmente repugnantes. Las emociones en el cuerpo se manifiestan externamente a través de nuestro lenguaje corporal: temblor; sonrojarse; sudoración; respiración agitada; dilatación pupilar; aumento del ritmo cardíaco, expresiones faciales.
Las emociones no son algo que podemos elegir, solo aparecen. Las reacciones fisiológicas, como vemos a través del lenguaje corporal y que se generan de
manera involuntaria.
Hay también una reacción psicológica, que se asocia a como procesamos la información que recibimos a través del estímulo o situación y según nuestra experiencia previa será también nuestra forma de actuar. Y de aquí surgirá la reacción conductual, de acuerdo a como impacta esa situación en nosotros nos conectará con una emoción (que la sentiremos como positiva o negativa) y afectará a nuestra conducta.
Podemos ver entonces porque es importante empezar a gestionar lo que nos pasa. Esto nos permitirá tener más bienestar y mejor calidad de vida.
Por: Lorena Sanhueza
Tec. en Consultoría Psicológica
Departamento de Salud y Bienestar, CPTN.



