Omar Fonseca es el nuevo presidente del Colegio Profesional de Técnicos de la Provincia de Neuquén. Ampliar la presencia provincial y conectar a profesionales entre sí, algunos de los desafíos que adelantó en la entrevista realizada a Energía Patagonia.

¿Cómo fue la escalada hacia la presidencia del Colegio de Tecnicos?
Formaba parte del tribunal de ética. Como conocía las ideas que tenía la comisión del Colegio, cuando empeza­mos con la renovación de actividades me empecé a involucrar más con eso y eso me llevó a formar parte de la lista de profesionales que están a cargo del Colegio por estos dos años.

¿Cómo lo encuentra este nuevo desafio de liderar el colegio?
Desde lo personal, hace 20 años que empecé junto con la gente que hoy forma parte de la mesa saliente del Colegio, empezamos con la idea de crear el colegio. Al día de hoy que yo esté al frente, es una cosa que me llena de orgullo como persona y como técnico. Siempre tuve esta cuestión de querer ampliar la presencia del colegio en toda la provincia.

¿Cuál considera que será su función desde el cargo?
Estoy en el Colegio para acompañar al desarrollo de todos nuestros técnicos y para acompañar a aquellos técnicos que están por recibirse. La invitación siempre está abierta a que si tienen dudas, si alguien les hace creer que ellos no valen lo que valen, que se acerquen al colegio para acompañarlos y que ellos entiendan cuál es el alcance de lo que tienen para hacer en el futuro.

¿Cómo vive las primeras semanas en funciones?
Estamos tratando de solucionar todo lo que la pandemia nos quitó de vinculación con todos los matriculados. Nos fuimos a San Martín para escuchar a los matriculados, a la gente de la munici­palidad con quienes ellos van a hacer trámites. Estuvimos en Junín de los Andes, donde nos juntamos con la gente de la regional para que vean que más allá de las situaciones generadas por el Covid nosotros seguimos estando y tenemos muchas más cosas por hacer. Si bien los proyectos se movieron, tuvimos casi un año y medio de parate, hubo una ausencia desde la interacción humana por las restricciones que había. En lo personal, soy más del contacto físico que el virtual.

¿Qué se hizo desde el colegio para que la virtualidad afectara lo menos posible a la gestión?
Lo que se hizo fue aprovechar la pandemia para poner en marcha desde el software hasta la incorporación de documentos y demás desde lo virtual. Para muchos es más fácil subir un documento a la web, que venir hasta el colegio para que lo sellen, lo firmen, para los pagos también, independientemente de la pandemia. Nos alivia el no mover dinero en la sucursal, ni tener gente que se queje porque tiene que hacer fila para pagar, y todas esas cuestiones.

¿Una iniciativa en mente?
Una de las grandes ideas es que todos nuestros técnicos estén conectados a través del colegio desde lo perso­nal e inclusive desde lo laboral. Por ejemplo, en una situación de un proyec­to que tengo que construir un edificio, tenés que empezar a rastrear las diferen­tes especialidades que complementan la construcción de ese edificio. El punto más piola para conectarse, me voy al colegio y busco entre todos los matricu­lados lo que necesito y resuelvo con ellos. Acá tenemos un colegio que vincula todas las especialidades, ya sea desde la electricidad hasta la seguridad e higiene. Esa interacción entre todos los profesionales en toda la provincia tiene que ocurrir, y para que eso ocurra hay que empezar a difundir todo lo que el colegio puede hacer y mejorar todo lo que el colegio puede mejorar en la relación entre los colegias. Inclusive para defenderlo. En algunos lugares se menosprecia la capacidad de un técnico. Cuando se contrata un técnico te estás asegurando que es una persona que sabe de qué se esta hablando y hacien­do.

¿Cuáles son los proyectos para esta gestión?
Lo primero que se está trabajando en los aspectos de normalización eléctrica. En San Martín de los Andes ya se puso en marcha porque ellos tienen una gran cantidad de accidentes en la ciudad producto de que no se hacen las instala­ciones como corresponde, pero a ellos les pega más porque tienen muchas construcciones en madera. La propuesta que hace la gente nuestra junto con el Foro de Seguridad Eléctrica de la Nación es poner en manos de técnicos las instalaciones y la verificación de lo que se hace. La misma propuesta se va a presentar ante el municipio de Neuquén. Inicialmente proteges a tu población ante accidentes, con eso empezás a generar conciencia y darle trabajo a técnicos.

¿Cuál es la estrategia para captar a nuevos matriculados?
Estamos trabajando con nuestra agencia de difusión, para tratar de ver cómo rediseñamos la propuesta para que los técnicos se arrimen al colegio. Una de nuestras intenciones es decirle a los técnicos que nosotros en el colegio los esperamos y que técnicos son todos los técnicos, Eso hace también que las empresas, en algunos casos en donde no reconocen los títulos, lo hagan y paguen esa recategorización como técnicos.

¿Cómo es el vínculo con el resto de los colegios del país?
Como Colegio formamos parte de la Federación de Técnicos de la República Argentina. Se interactúa con ellos junto a todos los colegios del país, viendo esta problemática de reconocimiento frente a posibilidades laborales inclusive hasta capacitaciones. Hace un tiempo estiba­mos viendo las problemáticas del dictado de los cursos de postgrado de estructuras sismoresistentes, que solamente se daba en Neuquén y quedaban fuera de la posibilidad de hacerlo todos los técnicos del interior. Junto con los técnicos de otras provin­cias empezamos a ver que esa posibili­dad no podía ser dada a técnicos solamente de las capitales, y se empezó a gestionar el dictado de los cursos a través de una plataforma web. Podemos hacer todo eso cuando nos empezamos a juntar varios colegios con la misma problemática.

¿Se continuará trabajando fuerte en capacitaciones?
Sí. Estamos analizando la posibili­dad de vinculamos más fuertemente con el Instituto Nacional de Construcción en Seco (INCOSE) porque tenemos escuelas que nos vinieron a ver para ver si se puede gestionar una especialización en construcción en acero liviano. No es durlock. En otros países tienen una formación muy fuerte en diseño, cálculos, estructuras en acero liviano, acá no está como especialización. El desafío sería lograr ese aval.

 ¿Cómo crees que esta cuestión polifacética que posee puede aportara su trabajo desde la presidencia?
Hacer muchas cosas una de las grandes virtudes que tiene es que ayuda a vincularse con otros, y a su vez haber aprendido que todas las cosas que uno hace de corazón se pueden lograr. Todo se puede hacer, pero hay que ponerle entusiasmo, con esto es lo mismo.

Piloto, buceador y escalador

Con una personalidad multifacética y variados intereses, Ornar Fonseca llegó a sus 59 años a la presidencia del colegio que vio nacer. Fonseca es patagónico. Nació en Como­doro Rivadavia y se recibió de técnico en Rio Gallegos. Es Maestro Mayor de Obras. «Me fui a estudiar a La Plata a estudiar Ingeniería Química. Mi vida transcurrió en allí hasta que mis hijos crecieron y empezaron la universidad. Mi esposa había conseguido trabajo en un jardín de infantes de Ne uquén y me propuso venimos. Justo salió la posibilidad de que trabajara en la ampliación de un gasoducto boliviano brasileño. Era por 6 meses y ya llevo 22 años en Neuquén«, recordó Fonseca.
Su carrera profesional es sumamente rica en experiencias diversas. Trabajó como maestro mayor de obra y como técnico en la rama de la ingeniería en múltiples empresas y proyectos. «No hubiera podido hacerlo si no era técnico«, aseguró.
«He trabajado en ampliaciones de gasoductos en Brasil, Bolivia, desde la ingeniería y la dirección de obras . También con una consultora brasilera que estaba instalada en Neuquén trabajamos en el diseño de represas para proyectos en Turquía, México, Brasil. Participé también en un proyecto que hubo en el Instituto de Energía Nuclear de San Pablo junto con la Comisión Atómica Argentina y en todas las consul­toras de ingeniería locales«, enumeró.
Desde 1986 Fonseca es piloto privado de avión y actualmente suma horas para completar la licencia de piloto comercial. «Es un hobby. Es una forma de mantenerme activo y siempre buscando un objetivo a futuro«, enfatizó.
«También soy buzo y formó parte del grupo de instructores de buceo de Cazal que es el Club de Actividades Acuáticas del Limay. Tengo las licencias más altas de buceo deportivo y también soy instructor«, explicó Fonseca, que también es escalador.

Entrevista publicada en la edición de Julio 2021 de Energía Patagonia