La historia de un profesional que suma más de 50 años de experiencia en la reparación de motores de las aeronaves de la zona

Sin dudas que los aviones son parte fundamental del desarrollo de las ciudades modernas, no solo por el transporte de grandes cantidades de mercancía, sino por su capacidad de trasladar pasajeros a largas distancias en poco tiempo.

Se podría decir que una parte del desarrollo profesional neuquino se debe al correcto funcionamiento de los aviones que permiten a los trabajadores estar en dos ciudades distintas en una misma mañana o participar de las conferencias semanales a miles de kilómetros de distancia. Aunque claro, también son encargados de gestionar la llegada de miles de turistas anuales que buscan visitar la región.

Lo que muchas veces no se tiene en cuenta a la hora de reparar en las grandes virtudes de la aeronáutica neuquina es el trabajo que hay detrás del mantenimiento de los aviones es realizado generalmente por un Técnico Profesional matriculado.

En esta oportunidad, desde el Colegio conocimos la historia de Carlos “Cachi” Rodríguez, quien lleva una vida ligada a la reparación de motores de las aeronaves de la zona: “Desde pequeño estoy en el rubro porque mi padre trabajaba en el aeroclub. Siempre estuvimos metidos dentro de los aviones. Mi pasión toda la vida fueron los aviones”, explicó.

Recibido en la ENET 1, hoy por hoy EPET N°8, la formación que recibió como técnico electromecánico le permitió comenzar su desarrollo profesional dentro del taller privado que fundó su padre, siempre con relación a las naves aéreas.

Con el paso del tiempo se fue nutriendo con experiencia que supo acompañar con cursos específicos de ese tipo de motores: “Recibiéndote de técnico mecánico tenes varias materias que te sirven y una equivalencia de la parte aeronáutica. Es una licencia de unos tres años de estudio habiéndose recibido en un colegio técnico”, aseguró el hombre.

Ver a su padre reparando los aviones desde pequeño mientras él jugaba impresionado por el tamaño de las naves fue algo que lo marcó de por vida. Hasta el día de hoy, 60 años después de aquella imagen recuerda su primer viaje en avión: una pasión que hasta el día de hoy se mantiene intacta. “Mi viejo vino en el año 1963, primero estuvo en el Aeroclub hasta que hizo su propio taller y estamos trabajando acá desde chicos, siempre metidos por los aviones”.

El taller cuenta con la habilitación de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), desde hace unos 50 años y cumple con los estrictos protocolos necesarios para la reparación de los aviones en la región. Esta tarea, Cachi la realiza desde hace más de 45 años. Hoy con 62 años se posiciona como una eminencia en la temática y muchos jóvenes-futuros Técnicos Profesionales- se acercan a él buscando consejos. “Yo siempre les digo que es una profesión muy linda para trabajar, pero te tienen que gustar los aviones”.

Para el hombre no hay actualmente un conocimiento popular sobre la labor realizada en los talleres aeronáuticos y es algo que queda sujeto a ciertas experiencias que no se encuentran disponibles para la población en general. Por esta razón, desde el Colegio de Profesionales Técnicos de Neuquén buscamos que todos aquellos interesados puedan acercarse y conocer la experiencia.

“El círculo aeronáutico es chico. Generalmente, los que se inclinan por la aeronáutica son los que han tenido padres pilotos o mecánicos y se va haciendo una profesión. Con el paso de los años uno va adquiriendo la experiencia y escalando de categoría en las licencias”, expresó el hombre.

Para Cachi, la actividad aeronáutica está ubicada bajo un miedo colectivo a los aviones que no se vive como tal dentro del oficio: “No es ningún cuco trabajar en la aeronáutica. Si sos ordenado y haces las cosas como lo indican los manuales de fabricantes los riesgos son mínimos. Obvio que a veces hay accidentes pero no son operaciones de mucho riesgo”.

Para el Técnico, la experiencia adquirida de los viajes en aviones, de armar y desarmar los motores y de formar parte del círculo aeronáutico de la región son factores fundamentales a la hora de trabajar en la reparación de las naves. Pero también lo es el acompañamiento profesional del Colegio y de los distintos planes educativos y formativos que se dan en las escuelas técnicas provinciales.

Hoy el conocimiento no es el mismo que en aquellas épocas, de hecho, hasta el nombre de la ENET cambió. Esto facilita muchos factores a la hora de aprender la profesión, sobre todo con relación al acceso al conocimiento, teniendo en cuenta que antes solo se podía estudiar esta especialización en Buenos Aires. Hoy gracias a la gran cantidad de talleres virtuales y cursos de formación digital, la información se ha movilizado hacia lugares antes impensados.

Con más de 50 años de experiencia en el rubro, Cachi alienta a aquellos jóvenes que estén pronto a recibirse como Técnicos Profesionales a descubrir el oficio y a formar parte de los pasillos de la aeronáutica neuquina: “Es algo fundamental conocer el espacio donde se va a trabajar. Hoy hay mucha gente que ha forjado la aeronáutica neuquina que ya no está, por eso es importante sumar nuevas personas”.

Al tratarse de maquinarias que sobrevuelan los cielos, a diferencia de los vehículos terrestres un accidente puede ocasionar pérdidas impagables para la sociedad, por eso el hombre destaca la importancia de un trabajo prolijo y ordenado. “No hay mucho riesgo, los aviones no se caen todo el tiempo y eso es porque nos regimos por parámetros internacionales y nacionales. Hay que ser estudioso de estos códigos y todo va a andar bien”, avisó el especialista.

A sus 62 años Cachi aún tiene fresco en su memoria los viajes con su padre para probar las naves. Enamorado como desde el primer día, hoy está parado en un lugar de interés para el sector en la región.

Sin dudas es un claro ejemplo de lo que la formación de los Técnicos Profesionales de la provincia son capaces de hacer, con un trabajo sostenido y especializado con el correr de los años. Sea cual sea la profesión, la formación es clave para comprender de mejor manera la técnica a desarrollar. Otra historia de un técnico neuquino al servicio de la comunidad.

FUENTE: Energía Patagonia. Edición Mayo 2022.