Existen inquietantes preocupaciones y escasa evidencia científica independiente respecto a los verdaderos efectos de esta tecnología.

La llegada de la tecnología 5G ha suscitado un gran entusiasmo en la sociedad, prometiendo velocidades de conexión sin precedentes y posibilitando una gama ampliada de aplicaciones.

Sin embargo, no podemos ignorar las inquietantes lagunas en la evidencia científica que rodea a las antenas 5G, así como las crecientes preocupaciones y críticas que han surgido en torno a la implementación de esta nueva tecnología, planteando interrogantes importantes sobre su impacto en la salud de la población, el medio ambiente y la privacidad.

Velocidad y Conectividad: promesas y opacidad científica

La tecnología 5G, con su capacidad para ofrecer velocidades de conexión ultrarápidas y una mayor capacidad de respuesta, se presenta como un catalizador para la revolución digital. La promesa de una conectividad más eficiente es indudablemente atractiva, especialmente en un mundo cada vez más dependiente de la comunicación instantánea y la Internet de las cosas (IoT).

Si bien se promociona la velocidad revolucionaria y la conectividad sin precedentes de la tecnología 5G, sorprende la falta de estudios científicos exhaustivos que resguarden la salubridad de la población en relación con la radiación y emisión de frecuencias.

Sólo se encuentran investigaciones científicas independientes sobre los posibles impactos en la salud, pero por parte de los organismos gubernamentales de control de las comunicaciones, la comunidad científica mundial y la OMS son notoriamente escasas o nulas.

La falta de transparencia y la dependencia de los informes de la industria generan escepticismo sobre la veracidad de las garantías de seguridad.

Radiaciones Electromagnéticas: ¿Riesgos Ignorados?

A pesar de la insistencia de la industria en que las radiaciones electromagnéticas de las antenas 5G no representan riesgos significativos, la comunidad científica no está exenta de discordancias.

Estudios que advierten sobre posibles efectos adversos en la salud, como el incremento de la permeabilidad de la barrera hematoencefálica y la generación de estrés oxidativo, suscitan preocupaciones que merecen una evaluación más profunda y neutral.

La barrera hematoencefálica (BHE) y el estrés oxidativo son conceptos fundamentales en la biología y la medicina que están relacionados con la protección del cerebro y los posibles daños celulares. A continuación, se proporciona una breve explicación de cada uno:

1. Barrera Hematoencefálica (BHE): La barrera hematoencefálica es una barrera biológica que separa la circulación sanguínea del sistema nervioso central (cerebro y médula espinal). Su función principal es proteger al cerebro de sustancias químicas y patógenos que podrían ser perjudiciales. Esta barrera está formada por células especializadas, como los astrocitos y las células endoteliales, que juntas crean un entorno selectivo que regula qué sustancias pueden pasar desde la sangre hacia el cerebro y viceversa.

La BHE es esencial para mantener un ambiente cerebral estable y prevenir la entrada de toxinas o microorganismos dañinos. Ciertos estudios sugieren que las radiaciones electromagnéticas, como las generadas por las tecnologías de comunicación, podrían tener efectos en la permeabilidad de esta barrera, lo que ha llevado a preocupaciones y debates sobre su seguridad, aunque la evidencia científica es aún objeto de investigación y discusión.

2. Estrés Oxidativo: El estrés oxidativo es un desequilibrio entre la producción de especies reactivas de oxígeno (ERO) y la capacidad del sistema biológico para desintoxicar estos productos dañinos o reparar el daño resultante. Las ERO, como los radicales libres, son moléculas altamente reactivas que contienen oxígeno y pueden causar daño celular cuando su producción supera la capacidad del cuerpo para neutralizarlos.

Este proceso está involucrado en numerosas enfermedades y en el envejecimiento. El estrés oxidativo también ha sido estudiado en relación con la exposición a radiaciones electromagnéticas. Se ha sugerido que las radiaciones podrían generar especies reactivas de oxígeno en las células, lo que, en teoría, podría contribuir al estrés oxidativo y a sus posibles consecuencias negativas para la salud. Sin embargo, la interpretación precisa de estos hallazgos y su relevancia clínica siguen siendo temas de investigación activa y debate científico.

Una de las críticas más prominentes hacia las antenas 5G se centra en las preocupaciones sobre la exposición a las radiaciones electromagnéticas. Aun la mayoría de los estudios científicos no han encontrado evidencia concluyente que garantice que no existan riesgos para la salud humana en niveles normales de exposición, hace que la incertidumbre persistente genere debates significativos. Es esencial abordar estas preocupaciones con investigaciones continuas e independientes para garantizar la seguridad de la implementación de la tecnología 5G. Especialmente brindar la información fidedigna y consciente a las poblaciones usuarias de esta tecnología.

Impacto Ambiental: Desafíos y Consideraciones

La expansión masiva de infraestructuras para la tecnología 5G implica la instalación de numerosas antenas, lo que plantea preguntas sobre su impacto ambiental, y aquí nuevamente, la falta de evaluaciones exhaustivas y controles es evidente. La proliferación de antenas, junto con la producción y eliminación de equipos obsoletos, plantea la cuestión de si estamos sacrificando la sostenibilidad en aras de la conectividad rápida. La alteración de paisajes urbanos y rurales, así como la generación de residuos electrónicos, son cuestiones que requieren una atención cuidadosa por parte de las autoridades gubernamentales de los distintos distritos, tanto provinciales como municipales. Los defensores de la tecnología 5G argumentan que sus beneficios potenciales para la eficiencia energética podrían contrarrestar estos impactos, pero la gestión responsable de los entes de reguladores de dicha expansión es esencial.

Privacidad y Seguridad: ¿a qué costo?

Con la proliferación de dispositivos conectados, la tecnología 5G plantea desafíos adicionales en términos de privacidad y seguridad. La recopilación masiva de datos y la vulnerabilidad a posibles ataques cibernéticos son áreas de preocupación. La implementación de medidas robustas de seguridad y la regulación efectiva son imperativas para garantizar que la transición a 5G no comprometa la privacidad de los individuos ni la seguridad de las redes que deje a los usuarios vulnerables a posibles violaciones de privacidad y ataques cibernéticos.

La incógnita es: ¿quién o quienes son los responsables de garantizar estas regulaciones?

En nuestro país es el ENACOM, el Ente Nacional de Comunicaciones, que está más preocupada en promocionar los beneficios tecnológicos, la subasta de asignación del espectro radioeléctrico, pero no advierte de ninguna manera los posibles impactos negativos para las poblaciones urbanas y suburbanas siendo que el estado debe brindar toda la información pública para proteger a los argentinos.

Si bien la tecnología 5G ofrece un potencial revolucionario para la conectividad y la innovación, es crucial abordar de manera transparente y efectiva las preocupaciones críticas que han surgido. La colaboración entre la industria, los reguladores y la comunidad científica es esencial para garantizar que la implementación de las antenas 5G sea segura, sostenible y respetuosa con los derechos y preocupaciones de la sociedad en general. La reflexión crítica y el diálogo abierto son fundamentales en este proceso, asegurando que la evolución tecnológica beneficie a todos de manera equitativa y responsable.

En resumen, la falta de evidencia científica sólida y la opacidad en torno a la implementación de las antenas 5G plantean preguntas inquietantes. Antes de sumergirnos en una era completamente 5G, es imperativo abordar estas preocupaciones críticas con la urgencia y seriedad que merecen. La salud pública, el medio ambiente y la privacidad no deben ser sacrificados en el altar de la innovación tecnológica sin una evaluación completa y transparente de los riesgos potenciales tanto a la vida humana, animal, vegetal y al ambiente.

Desde la redacción del Espacio TEC, estamos comprometidos con el bienestar de las personas y con el uso moderado y más saludable de las nuevas tecnologías, por eso en sucesivas notas abordaremos este tema con mayor profundidad y profesionalismo, ya que pertenecemos a un Colegio de Profesionales Técnicos y somos los que podemos aportar conocimientos técnicos y científicos para esclarecer este tema y contribuir al conocimiento público y a la veracidad.

Sabemos de la existencia de un Movimiento por Telecomunicaciones Sanas (MoTeSa) al que vamos a contactar para compartir con los lectores los avances que se están dando ante la inminente implementación de la tecnología 5G.